La quebrada adquiere su definición en este sector, donde el relieve presenta un vado y un ensanchamiento natural. Pastores andinos construyeron corrales amplios y menores en la caja delimitada por roca ignimbrita. También se registran estructuras como habitaciones, silos y una escalinata de piedra. El sitio ha sido ocupado de manera discontinua por pastores andinos, aprovechando las temporadas pos lluvias estivales.

La existencia de un antiguo escurrimiento de aguas lluvias se evidencia en el sitio y está relacionado con la presencia de petroglifos. Estos grabados están vinculados a la existencia del recurso hídrico activado por las lluvias estivales. Los fragmentos de cerámica prehispánica y histórica, así como restos de vidrios y latas, revelan la ocupación repetida del sitio por pastores andinos en los últimos mil años.

De los 6 paneles con 27 figuras registradas en este sector, los más significativos se encuentran en los paneles 1 y 2, ubicados a ambos lados de la caída de agua mencionada. En el panel 1, se observa un petroglifo geométrico complejo con un rectángulo vertical y figuras internas no identificables. En el panel 2, se encuentra una representación aún más compleja con siete círculos organizados y conectados por líneas verticales y horizontales.

Los paneles 3, 4, 5 y 6 presentan una diversidad de petroglifos, destacando la representación de camélidos de forma individual, ganado disperso o caravanas. La figura humana aparece de manera aislada y en menor medida en estos paneles. La discusión y análisis de estas representaciones y su significado queda abierta para futuras investigaciones.